En toda definición de interfaz aparecen, implícita y explícitamente dos nociones fundamentales: la de cuerpo y la de lenguaje.
En este trabajo, se considera interfaz a todo aquello que ponga en relación cualquiera de los sentidos, en principio humanos, con una configuración, en principio humana, de la materia.
Además, se entiende que la construcción de sistemas de representación es una forma de funcionamiento específicamente humana. Estas consideraciones implican que toda interfaz, en tanto superficie de contacto humano, es necesariamente parte de un entramado de sistemas de representación.
¿Las interfaces son sujetas de lenguaje?
El objetivo general de este trabajo es ubicar algunos puntos de contacto entre las nociones afectivas de cuerpo, lenguaje e interfaz, para empezar a tejer un posible entendimiento humano de la matriz sensible en la que construimos interfaces y dispositivos. Se considera necesaria la construcción colectiva de este entendimiento en paralelo al colapso climático, sistémico y tecnológico que se proyecta en los próximos cien años